Presentan versión de Macbeth sostenida en el trabajo actoral
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Fotografía: Alejandro Noriega
María Teresa Adalid
La versión libre de Macbeth, de Shakespeare, presenta dos vertientes: una, el reto para los dos actores en escena, que es interpretar a todos los personajes de la obra con pocos recursos escénicos y, la segunda, mostrar como el deseo incontenible del poder puede transformar a cualquier persona y que usa todos los elementos a su alcance para llegar a obtenerlo, sin preocuparse por los daños que pueda causar a su entorno y semejantes.
Este espectáculo lo presentan Laura Almela y Daniel Giménez Cacho, quienes exploran la voz interior de Shakespeare a través de su palabra y con gran habilidad transforman un pequeño espacio en un sueño que cumple fantasías y atroces crímenes.
¿Qué situación lleva a Macbeth a convertirse en un tirano sanguinario, a elegir entre el bienestar de la nación o su ambición de poder? Esta inquietud se clava en su interior con el augurio de las brujas que predicen será Rey de Escocia y se concreta ante la insistencia de Lady Macbeth para apoderarse de la corona. Macbeth se llena las manos de sangre, traiciona a Duncan, a Escocia y a sí mismo. Una vez en el trono cimenta su fuerza en las profecías de las brujas, que se regodearon en decir que ningún hombre nacido de mujer podría dañarlo. Macbeth se convierte en un tirano que trae ruindad y opresión al pueblo escocés y cuya violencia se incrementa ante cualquier amenaza de quitarle su cetro.
Sin embargo, los cónyuges sucumben a la culpa, son atormentados por fantasmas, visiones y alucinaciones de horror consecuencia de su corrupción moral y política. El reino de Macbeth se desmorona y su destino estará en manos de los huérfanos exiliados que reclaman venganza y justicia.
ESCENA. La propuesta es sencilla, sin elementos escenográficos y vestuario grandilocuente. El espectador sentado alrededor del acto dramático recibe los textos de Shakespeare como un eco que resuena en la conciencia, un bálsamo a la incertidumbre y una reflexión al diario acontecer. La mirada del espectador se concentra en la calidad interpretativa de los histriones que es impecable. También se mantiene la naturaleza siniestra de la obra con escenas que se llevan a cabo en la oscuridad del teatro, apenas alumbrado por unas cuantas velas, donde se perciben crujidos, vibraciones de los cuerpos cercanos y susurros que generan pensamientos, imágenes, sentimientos y el placer de coexistir con esos seres imaginarios y sobrenaturales como las brujas.
Otro recurso de juego y complicidad es el cambio de personajes y la inversión de los sexos: Macbeth, Lady Macbeth, Duncan, Malcom, Macduff, Lady Macduff, las tres brujas, los nobles, sirvientes y hasta caballos son interpretados por ambos actores. En cuanto a la creación de atmósferas donde se desarrolla la trágica historia, también se genera a partir de la imaginación; Inglaterra, Escocia, un bosque, o el castillo. El diseño sonoro es un elemento de apoyo que realza los momentos de tensión, calma, exaltación o el caos.
Shakespeare escribió Macbeth hace más de 400 años, visionario de las grandes pasiones humanas que aún permanecen en muchas naciones y sus gobernantes.
La tragedia de Macbeth se presenta en el Teatro El Milagro, Milán 24, Col Juárez. Jueves y viernes 20:00 horas, sábado 19:00 horas, domingo 18:00 horas hasta el 5 de agosto.
Maria Teresa Adalid Marti 